PATTI TE QUIERO
(publicada en AYA FANZIN)
¿Por qué me gustará tanto Patti Smith? Fui a verla cuando tocó en el
Club Ciudad de Buenos Aires en noviembre del 2006. En un momento de silencio
entre tema y tema le grité con todas mis fuerzas ¡¡AGUANTE!! Yo estaba cerca
del escenario y me escuchó ¡Sí, juro que me escuchó! Ella estaba de espaldas,
acomodándose la guitarra y giró la cabeza con un gesto hacia el público como
recibiendo un piropo. Es improbable que me haya visto, no voy a pretender
convencer a nadie de eso, pero me reservo la duda para mi. El show duró
alrededor de cuarenta y cinco minutos, demasiado poco para cualquier fan (y
para lo caras que están las entradas después del 2001), sin embargo, ese gesto
compensó todo (además del alucinante concierto con el que los Beasty Boys
cerraron el festival).
Patti nació en 1946 en North Side, Chicago. Luego de vivir unos años en
Pensilvania su familia se muda al sur de Nueva Jersey. A los veinte años,
después de tener a su primera hija que da en adopción, decide partir a Nueva
York en busca de las oportunidades para dedicarse al arte que su ciudad nunca
le podría dar. En Manhattan conoce a Robert Mappelthorpe con quién tendrá una
intensa relación. Consigue trabajo en una librería, escribe poesía y reseñas de
discos para algunas revistas. Cuando se mudan al Hotel Chelsea empiezan a
relacionarse con muchísimas figuras del arte de aquel momento. Participa en
obras de teatro y recita poesía por primera vez en el ciclo The Poetry Proyect
en febrero de 1971 acompañada por Lenny Kaye en guitarra. En abril estrena Cowboy mouth, una obra de teatro que
escribe y actúa junto a Sam Shepard. Publica Kodak, su primer poemario, a los que seguirán Seventh Heaven (), Witt (1972), Babel (1979), Woolgathering
(1993), el libro de cuentos The Coral Sea
(1996), Auguries of Inocente ().
En
el ‘74 comienza a cantar y a formar su banda, primero como trío con Lenny Kaye
en guitarra y Richard Sohl en teclado, a los que se sumarán Ivan Kral en
segunda guitarra y Jay Dee Daugherty en batería. Graban Horses el primer LP en septiembre del ’75 con la mítica tapa de
Mappelthorpe. Luego vendrán Radio Etiopía
(1976), Easter (1978), Wave (1979). Más tarde se muda a Detroit
con Frederic Smith (con quién se casará y tendrá dos hijos) desapareciendo de
la escena musical hasta 1988 cuando reaparece con el quinto disco Dream of Life. Al año siguiente muere
Mappelthorpe, la primera de una seguidilla de muertes de personas cercanas que
continuará con la de Richard Sohl en 1990 y las de su esposo y su hermano en
1994. Dos años después saca Gone Again
(el sexto álbum).
Éramos
tan jóvenes
Hace un par de meses salió Just
Kids, editado en castellano como Eramos
unos niños, un libro
autobiográfico que se centra en su relación con Mappelthorpe y los comienzos de
los dos en el mundo del arte. Esta obra no solo es un (auto) retrato de una
artista genial y su pareja, sino también el de una época y un país muy
particulares.
Lo
primero que sorprende es la inmensa cantidad de celebridades de todo tipo con
la que se cruzó en la Nuva York
de fines de los 60s. Hay un constante desfile de músicos como Janis Joplin,
Jimmy Hendrix, Allen Lainer, Jefferson Airplane, Kris Kristofferson, Lou Reed;
artista plásticos como Andy Warhol y toda su troupe de la
Factoría ; poetas y escritores: Allen Ginsberg, William
Burroughs, Tom Wolf, por nombrar solo a los más conocidos. Patti nos presenta
también a sus ídolos admirados: Jan Genet, Arthur Rimbaud, John Coltraine,
etcétera, cómo los conoció y cómo influyeron en su vida. Con frecuencia
encuentra en fechas, lugares u otros detalles, señales de buen o mal augurio
(generalmente de bueno): nacer un lunes, igual que Mappelthorpe; encontrar un
bolso en una cabina de teléfonos con el dinero que le permitirá comprar el
pasaje a Nueva York; debutar recitando poesía una noche de luna llena y en el
cumpleaños de B. Brecha…
Montones de lugares por dónde pasa se relacionan con alguna
personalidad: se mudan en frente del departamento de John Lennon y Yoko Ono; el
Hotel Chelsea, donde vivieron un tiempo, era uno de los preferidos de la
bohemia neoyorquina y a los personajes que los frecuentaban por aquel entonces
como W. Burroughs, Arthur C. Clark, se sumaban los que lo habían frecuentado
antes: Oscar Wilde, Dylan Thomas, Bob Dylan, Tom Wolf. Otro lugar protagónico
era el Max’s Kansas City, el bar predilecto de los integrantes de la Factoría : “funcionaba de
una forma muy similar a un instituto, con la diferencia de que las personas
populares no eran los animadores ni los ases del fútbol y la reina del baile
seguro que sería un hombre, vestido de mujer, más femenino que la mayoría de
las mujeres”.
Contrariamente a la imagen de Estados Unidos que nos quieren vender
Hollywood, ciertos sectores del progresismo, de la derecha, de la farándula y
el periodismo mediático, que ven en el “gran país del norte” la tierra de las
oportunidades, la justicia y la riqueza, Éramos
unos niños muestra otra faceta de Norteamérica: la de la desigualdad
social, la desprotección, el racismo y la inseguridad. La historia de Patti es
la de muchos que dejan un pueblo aburrido, sin futuro, huyendo de la
desocupación y la pobreza: “Sentí una punzada de dolor al abandonar aquella
ciudad en aprietos, pero allí no había trabajo para mí. Iban a cerrar el
astillero y pronto todo el mundo estaría buscando trabajo”, para caer en una
ciudad superpoblada, dominada por el exitismo y la ostentación, donde los
derrotados superan por mucho la cantidad de los que triunfan “Muchos no
sobrevivirían (…) Otros sucumbieron a las drogas y a los infortunios.
Derribados a un paso del estrellato que tanto anhelaban, estrellas deslustradas
caídas del cielo”. Para no hablar de los asesinatos, los secuestros y los robos…
En
fin, poeta, cantante, escritora, grabó un puñado de discos excelentes. Cronista
lúcida, crítica de la sociedad y la política yankis, a los 64 años no disimula
sus canas ni sus arruagas, siempre se mantuvo al margen de la frivolidad y las
imposturas del mundo del rock… Ya se por qué me gusta tanto Patti Smith.
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